La Natural Medicines Comprehensive Database (Base exhaustiva de datos de medicamentos naturales) clasifica, en función de la evidencia científica, desde “eficaz” hasta “ineficaz”.

En relación al CBD, determina que es posiblemente eficaz en trastornos convulsivos como la epilepsia (como el medicamento Epidiolex aprobado por la FDA) en enfermedades como el Síndrome de Dravet, Síndrome de Lennox-Gastaut y en esclerosis tuberosa. En otras áreas no se ha demostrado la completa eficacia del CBD, aunque hay estudios en marcha.

El CBD se puede obtener por las semillas o las flores del cannabis. Para conseguir el aceite de CBD del cannabis, los laboratorios escogen plantas híbridas con genética índica, cuya resina de las flores suelen tener proporciones altas de CBD.

La extracción de este aceite ha de estar lo más intacto posible, junto con otros compuestos del cannabis como son otros cannabinoides, flavonoides y terpenos que dan un mayor carácter terapéutico al CBD puro.

El CBD actúa sobre los cannabinoides endógenos de nuestro cuerpo, denominados así por la similitud con los compuestos de la planta de cannabis. Estos elementos forman parte del sistema endocannabinoide.

El sistema endocannabinoide tiene un papel esencial en la regulación de procesos fisiológicos que afectan a nuestra vida diaria (estado de ánimo, fortaleza intestinal, nivel de energía, presión arterial, actividad inmune, metabolismo de la glucosa, entre otros) y puede llegar a mejorar el tono endoncannabinoide para retardar o detener la progresión de ciertas enfermedades.

El CBD se usa como suplemento alimenticio, remedio tópico o tratamiento farmacológico para aliviar el dolor crónico, inflamación intestinal o cutánea, depresión, ansiedad y convulsiones en epilepsias refractarias. Igualmente se usa en síntomas de enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, Alzheimer, Parkinson o esquizofrenia.

Aun así, tenemos que tener precaución en la obtención del CBD, ya que la FDA aprobó el cannabidiol como tratamiento en pacientes con convulsiones, pero no se recomienda preparar cannabidiol casero, ya que no es seguro para el usuario si se ingiere.

Todavía faltan más investigaciones para determinar otros beneficios y la seguridad del cannabidiol. La formulación habitual es el aceite, aunque también podemos encontrar el CBD en extracto, aceite esencial o cápsula a base de aceite. La FDA aprobó el Epidiolex para la epilepsia en ciertas enfermedades.

El CBD en aceite, por ejemplo, es aprobado bajo el nombre de Epidiolex en casos de pacientes con epilepsia. A pesar de ello, muchos laboratorios han logrado crear otras presentaciones para tratar los problemas vinculados a dolores articulares.

En forma de aceite, se puede tomar de manera sublingual (bajo la lengua) en gotas o pulverizado. Por otro lado, las cremas de CBD combina el cannabidiol junto con otros compuestos terapéuticos como aloe vera, romero, árnica y otros para aplicarse de forma tópica.

El CBD no es el único cannabinoide que podemos encontrar en el cannabis. Actualmente, existen 113 compuestos en la planta como son el CBD, CBN, CBG o THC.

El THC (tetrahidrocannabidiol) es una sustancia psicotrópica que causa la psicoactividad tan conocida de la marihuana. Por el contrario, el CBD no produce dichos efectos psicoactivos.

Sin embargo, ambos componentes tienen gran poder terapéutico y sus efectos son eficaces cuando trabajan juntos, ya que potencian el efecto analgésico. Así mismo, el CBD contrarresta la psicoactividad del THC.

Actualmente, en el mercado podemos encontrar gran variedad de productos elaborados con cannabidiol, siendo algunos de ellos:

• Suplementos CBD. Encontrados en forma de cápsulas de gel, tinturas o pastillas. Sus efectos son similares a los comestibles y cuya concentración depende de la patología a tratar.
• E-Liquid. Se usan en cigarros electrónicos y vaporizadores. Disminuyen la ansiedad, insomnio, depresión, sensación de dolor. Suele contener 2.5% de concentración de CBD.
• Aceite CBD. Se presenta en gotas, aerosol o cápsulas. Se pueden usar de forma tópica y su concentración varía según el uso, pudiendo ser 5% (dolores y patologías leves), 10% (dolores agudos) y 15% (dolores crónicos).
• Cremas CBD. Son las más usadas en forma de bálsamo, lociones, pomadas y ungüentos. Tiene aplicación tópica donde los niveles de CBD van desde el 5% al 50%. Calman dolores, infecciones, inflamaciones y afecciones en la piel.
• Cristales. Concentraciones de CBD que no contienen THC y se obtiene de la resina. Su efecto es casi inmediato y mejora los efectos de trastornos del cuerpo y la mente.
• Comestibles. Aunque en España no es legal consumir estos productos, en grows shops como en tiendas virtuales podemos encontrar el CBD en formas de gominolas, caramelos o chicles.

Existen diferencias entre el aceite de CBD y los tipos de cremas, ungüentos y cosméticos a base de CBD y cáñamo. La más importante sería que el aceite de CBD posee apenas diversidad de ingredientes, basándose en el aceite de la semilla de cáñamo y extracto de CBD. Son ingredientes naturales y con baja toxicidad usados por vía sublingual.

Por el contrario, las cremas y pomadas de CBD son productos cosméticos y tópicos que, dentro de su composición, cuentan con cannabidiol (aceite o extracto) y otros complementos naturales como son el aloe vera, el romero u otros, para su absorción por la piel.

Algunas de las propiedades terapéuticas del cannabis proceden del THC, aunque también sus efectos negativos. Es por ello que siempre suele estar en combinación con el CBD para un uso medicinal, ya que el CBD contrarresta la psicoactividad. Algunos de los efectos probados que contiene son:

• Acción antiepiléptica. El medicamento Epidiolex es el único medicamento con base CBD aprobado hasta el momento por la FDA.
• Ansiolítico. En estudios con pequeños grupos de pacientes ha comprobado que el cannabidiol puede ser un potente ansiolítico.
• Acción antiinflamatoria y antioxidante. Efectivo frente los tipos de dolores asociados con el estrés oxidativo e inflamación como es la artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal y dolores cutáneos.
• Puede reducir el picor o la irritación en casos de hipersensibilidad, eccemas y otras afecciones de la piel.

Como sucede con cualquier medicamento, el CBD está sujeto a efectos secundarios, como son:

• Sequedad bucal.
• Pérdida de apetito.
• Presión arterial baja y mareos.
• Somnolencia.
• En dosis altas y habituales puede provocar daños hepáticos.

En cuanto al uso tópico no existe todavía suficiente información en cuanto a los efectos secundarios que puede provocar.

Como todo medicamento, también existen contraindicaciones en cierto tipo de pacientes, así como precauciones especiales a tomar en consideración:

• Embarazo. El CBD no es seguro durante el embarazo o la lactancia.
• Niños. Aunque el Epidiolex puede ser de uso pediátrico, otras formas de CBD pueden no ser seguras. Es mejor consultar antes con el médico para no exponer la salud del niño/a.
• Patologías. Personas con afecciones hepáticas no deben tomar altas dosis de CBD. En pacientes con Parkinson no se recomienda el uso extenso del cannabidiol ya que puede empeorar la patología.
• Hierbas. Precaución con tomar CBD con otras hierbas o complementos, ya que puede ocasionar somnolencia o mareos.

En España, el CBD aún no está registrado como un suplemento alimenticio en la Agencia Española del Medicamento (AEMPS).  Tampoco está definido en la Directiva 2002/46/CE del Parlamento Europeo (transpuesta a la legislación española por el Real Decreto 130/2018).

No es un producto ilegal, pero tampoco es legal usarlo como alimento y no se permite su venta para consumo humano. Solamente se permite el uso combinado mediante acción tópica.

Sin embargo, en países como Canadá o Estados Unidos, su legislación considera el CBD como suplemento alimenticio por lo que puede ser utilizado para consumo humano y tomar de forma sublingual.