Ya se sabe que la rosácea es una afección de origen inflamatorio que produce principalmente síntomas como eritema, rubor, ardor y telangiectasias, entre otros muchos. El cannabidiol (CBD) ha demostrado tener efectos antiinflamatorios y calmantes sobre la piel, por lo que podría resultar muy útil para tratar esta patología.
El CBD actúa ejerciendo su función mediante el sistema endocannabinoide (SEC) que se encuentra en nuestro organismo. Este sistema está formado por receptores endocannabinoides que responden al CBD, por lo que si se produce algún desbalance en el organismo, este activo podría restablecer el equilibrio mediante distintos mecanismos de acción:
1- Efecto antiinflamatorio
Se sabe que la unión del CBD a los receptores endocannabinoides del SEC reduce los marcadores inflamatorios e inhibe todo el proceso de inflamación asociado a esta afección. Los estudios clínicos han confirmado que la activación del receptor endocannabinoide CB2 conduce a una disminución de los niveles de ROS (especies reactivas de oxígeno) y TNF-?, lo que reduce el estrés oxidativo y la inflamación. Por lo tanto, se ha sugerido que el CBD puede mejorar indirectamente los efectos antiinflamatorios. Además, se ha demostrado que el cannabidiol reduce los niveles de citoquinas proinflamatorias, inhibe la proliferación de células T y reduce la migración y la adhesión de las células inmunitarias. Por tanto, los síntomas como los eritemas o el rubor pueden disminuir significativamente con la aplicación tópica de este activo (4)(5)(6).
2- Efecto calmante y antiprurito
Los experimentos realizados en varios modelos de enfermedades de la piel muestran que la modulación individual de los canales CB1, CB2 o TRP reduce el prurito. Estos efectos antipruríticos se producen a nivel central y periférico. En el SNC, los efectos antipruriginosos están mediados principalmente por los receptores CB1, lo que es congruente con su actividad como principal receptor cannabinoide de acción central. En la periferia, se cree que la actividad tanto de CB1 como de CB2 induce la analgesia, por lo que también ejerce un efecto calmante.
La inflamación de la piel es uno de los principales factores que contribuyen a la patogénesis del prurito, y esto se debe a la acción de factores inflamatorios locales como la histamina, las citocinas y los neuropéptidos que actúan como pruritógenos. El CB2 se expresa ampliamente en las células inmunitarias periféricas y en la mayoría de los estudios la unión del CBD a los receptores CB2 disminuye la inflamación, por lo que se reduce ampliamente el prurito asociado a la rosácea (7).
3- Efecto ansiolítico
La ansiedad y el estrés pueden ser desencadenantes de la rosácea, por lo que tener controlados estos síntomas es muy importante para evitar que aparezcan brotes de manera continua. El cannabidiol ejerce un efecto ansiolítico sobre el organismo y esto lo hace uniéndose a los receptores CB1 y CB2 del SEC, donde regula los niveles de dopamina y ejerce un equilibrio sobre nuestro estado emocional. Además, es capaz de equilibrar los niveles plasmáticos de hormonas como el cortisol que participan en la respuesta frente al estrés y de esta manera protege a las células del organismo de los posibles daños que se puedan producir en los tejidos y órganos (8)(9).
4- ¿Cómo se usa el CBD para tratar la rosácea?
Como ya se ha mencionado anteriormente, las causas de aparición de la rosácea no están del todo claras, pero se sabe que algunos factores son responsables de su patogénesis, por lo que el tratamiento de esta afección pasa por tener controlados estos factores y en revertir los síntomas.
La piel presenta receptores endocannabinoides a los que se une el CBD y ejerce sus funciones reguladoras. Para los síntomas tópicos, el cannabidiol se puede utilizar en forma de crema o de aceite, y de esta manera se conseguirán reducir síntomas como las rojeces, telangiectasias y picor. Además, el CBD es un gran aliado para reducir los estados de ansiedad y de estrés, por lo que administrado por vía sublingual se consigue equilibrar el estado emocional y evitar la aparición de la rosácea