Tendinitis de muñeca: por qué aparece y cómo acompañarla

Tendinitis de muñeca: por qué aparece y cómo acompañarla

La tendinitis de muñeca es una molestia habitual en personas que trabajan con teclado, utilizan el móvil durante muchas horas o realizan actividades manuales repetitivas. La muñeca es una articulación muy fina, pero sostiene gran parte de los gestos que hacemos a lo largo del día: escribir, agarrar, cargar bolsas, cocinar, entrenar. Cuando los tendones que pasan por ella se sobrecargan, aparece una sensación de pinchazo, tensión o rigidez que conviene atender con calma.

¿Qué es exactamente la tendinitis de muñeca?

La muñeca contiene múltiples tendones que permiten movimientos de flexión, extensión y desviación. Cuando alguno de ellos trabaja en exceso o en posiciones poco favorables, se irrita y aparece una molestia localizada. No es una lesión grave, sino una señal de que la articulación necesita cambiar el ritmo, ajustar gestos y acompañar la zona con más consciencia.

¿Por qué aparece esta molestia?

En la mayoría de los casos, aparece por actividades repetitivas: escribir en el ordenador durante horas, usar el móvil de forma continuada, realizar tareas de cocina con movimientos constantes o levantar peso sin una buena técnica. También es frecuente en deportes como pádel, escalada o entrenamiento funcional, donde la muñeca soporta cargas inesperadas.

Cómo reconocer sus señales

El síntoma principal es un dolor localizado al mover la muñeca. A veces aparece al girar una llave, sostener un objeto o desviar la mano hacia uno de los lados. La zona puede sentirse rígida por la mañana o después de periodos largos de reposo. En movimientos concretos, la molestia es clara y mecánica.

Cómo acompañarla desde el bienestar

Acompañar la tendinitis de muñeca implica ajustar los gestos que la irritan. Hacer pausas durante el trabajo, relajar los hombros y modificar la postura del teclado puede aliviar la sensación diaria. Los masajes suaves en antebrazo, sin aplicar presión directa sobre el tendón, suelen ayudar a liberar tensión. Muchas personas recurren al frío moderado tras un día exigente para acompañar la sensación de descanso.

Rutinas de bienestar que ayudan

Movimientos circulares de muñeca, estiramientos suaves del antebrazo y ejercicios de apertura de la mano pueden marcar la diferencia. Alternar manos al cargar peso y evitar apretar objetos con fuerza innecesaria también ayuda. La ergonomía del puesto de trabajo es clave: muñecas neutras, codos relajados y hombros sin tensión.

Conclusión

La tendinitis de muñeca es un recordatorio de que incluso los gestos más pequeños requieren atención. Con pausas activas, ajustes ergonómicos y movimientos suaves, es posible recuperar comodidad y fluidez en el día a día.