La Convención Única de 1961: La legalidad del CBD
Pero sigamos hablando de legalidad, la Convención Única de 1961 sobre estupefacientes establece que es ilegal el consumo, la posesión y la distribución del cannabis, su resina y su extracto por tener el consumo de estos un efecto psicoactivo; ok, eso está bien y lo entendemos, altera la percepción del consumidor, pero ¿que pasa con el CBD? lo que pasa es que la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios establece que las plantas de cannabis con concentraciones por debajo del 0,2% de THC no se consideran estupefacientes y es que precisamente esas plantas se han modificado (en muchos casos) para bajar el nivel de THC y aumentar el de CBD.
De igual manera y muy a pesar de los consumidores y la comunidad científica el CBD no ha sido agregado a la “lista de suplementos alimenticios autorizados” que se ha transpuesto a la ley nacional proveniente de una Directiva del Parlamento Europeo que ha establecido las vitaminas y minerales aptas para el consumo humano por lo que el AECOSAN (Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición) ha dado la orden a las administraciones autonómicas que suspendan la comercialización de cualquier producto con CBD que esté destinado al consumo humano, dejando a los distribuidores en una situación de incertidumbre y en una especia de limbo legal.
En ese sentido la Comisión Europea recomienda a las agencias estatales que ejerzan un control sobre los alimentos con extractos de cáñamo, concretamente: CBD. Es por esta oleada de rechazo legal que en España y en la mayoría de los países pertenecientes a la Unión Europea las marcas maniobran para poder vender sus productos con extracto de cáñamo de manera legal limitándose al uso cosmético, producto de uso profesional y producto de uso externo a la espera de una futura regulación le de cabida al CBD como un producto consumible y reconozca los beneficios que este tiene sobre el consumidor.
Las últimas declaraciones de la Organización Mundial de la Salud sobre el CBD concluyen que esta sustancia no es peligrosa y tiene un alto potencial medicinal y terapéutico. La regularización y el avance en materia de legalidad del CBD se ve principalmente frenado por la falta de estudios clínicos a pesar de la abundancia de estudios preclínicos que evidencian sus propiedades para tratar la ansiedad, la depresión, el dolor, la artritis, las nauseas, infecciones e inflamaciones tanto internas como externas, etc.
Cómo vemos el futuro de la legalización en The Beemine Lab.
La legalidad del CBD en España por ahora es una incógnita. Otro medio que nos hemos planteado sería hacer uso de un Acuerdo de Reconocimiento Mutuo, donde buscamos que una autoridad Administrativa Europea de cualquier país miembro reconozca nuestro producto como consumible y nos permita comercializarlo con lo cual teóricamente podríamos comercializarlo en España por el efecto del Reconocimiento Mutuo. Sin embargo es interesante ver como se abre el mercado en países altamente industrializados y con altísima calidad de vida como lo es Canada, donde este año se legalizó el consumo de Cannabis de manera recreacional y ha tenido un impacto tal que hoy en día empresas del calibre de Coca-Cola y Walmart se están planteando comercializar productos con CBD.Aun pudiendo maniobrar para comercializar nuestro producto, nuestra visión es la de un futuro donde los productores y distribuidores podamos trabajar en sintonía con la administración pública dentro del marco de la legislación para brindarle al consumidor productos de origen natural que mejoren significativamente su calidad de vida a la vez que mejoramos nuestra relación con el ecosistema que nos rodea.